En una superficie de 5 mil 500 metros cuadrados y una inversión de $2.3 millones de dólares, inició operaciones Laboratorio NYCE, uno de los complejos de su tipo más grandes de América Latina.
La ceremonia de inauguración estuvo presidida por diversas autoridades e invitados de honor. Como representante del Gobierno Federal asistió la Dra. Maricela Juárez Herrera, directora general del Laboratorio Nacional de la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO); el Ing. Guillermo Funes, presidente de la Comisión de Salud de CONCAMIN; la Mtra. Maribel López, directora ejecutiva de la Entidad Mexicana de Acreditación (EMA); el Mtro. Javier Juárez, comisionado del Instituto Federal de Telecomunicaciones; y Hervé Ostrowski, Global Operations Officer de QIMA, proveedor líder de servicios de control de calidad y cumplimiento de proveedores que opera a nivel mundial y del cual forma parte NYCE.
La Dra. Maricela Juárez transmitió un mensaje sobre el compromiso que tiene la PROFECO con los consumidores y las empresas del país, al vigilar que los productos ofrecidos en el mercado nacional sean seguros y confiables. Asimismo, resaltó la importancia de las nuevas instalaciones de NYCE que suman a esta estructura empresarial de cumplimiento ante las regulaciones del país.
Por su parte, el Ing. Guillermo Funes se refirió al valor que tiene que la industria mexicana cuente con una organización como NYCE para apoyar la estrategia del nearshoring en México.
Los integrantes del presidium, invitados de honor y directivos de NYCE hicieron el corte de listón, con lo que se pusieron en marcha las operaciones de este gran laboratorio en el que colaborarán diariamente más de 150 profesionales mexicanos altamente especializados.
Laboratorio NYCE cuenta con las acreditaciones necesarias de la Entidad Mexicana de Acreditación (EMA) y las aprobaciones de la Dirección General de Normas de la Secretaría de Economía, para realizar los protocolos de prueba que requieren diferentes sectores empresariales relacionados con productos tales como:
Eléctricos, electrónicos y línea blanca.
Alimentos.
Plásticos.
Prendas de vestir y textiles.
Llantas nuevas para autos, camionetas y camiones.
Juguetes y productos infantiles.
Compromiso global con la industria
Normalización y Certificación NYCE se fundó en 1994 con el objetivo de fortalecer el acceso de los productos que cumplen con las regulaciones a los mercados más importantes de Latinoamérica.
Actualmente, los servicios de NYCE incluyen pruebas, inspección y certificación de artículos elaborados en más de 80 sectores productivos.
En las pruebas de producto, NYCE se desempeña como un laboratorio de tercera parte, lo que garantiza la transparencia e independencia de sus operaciones al no estar relacionada directamente ni con las empresas ni con las autoridades.
Para 2023, NYCE amplió su alcance al obtener la acreditación y aprobación de sus procesos con las autoridades de Estados Unidos y Canadá, de modo que las empresas interesadas en comercializar en estos países puedan efectuar en México las pruebas que les exigen.
En los sectores de textiles, juguetes y productos infantiles, NYCE cuenta con las pruebas aprobadas y acreditadas en estándares de organizaciones como:
Esto como respuesta a la tendencia del nearshoring, en el que muchas empresas con base en Asia tienen interés en cambiar sus sedes productivas, aprovechando la cercanía geográfica, los tratados comerciales como el T-MEC y las alianzas que puedan establecer con la industria mexicana para impulsar sus actividades de negocio.
De acuerdo con la Secretaría de Relaciones Exteriores, en 2023 hay una lista de 400 grandes empresas que buscan las condiciones necesarias para instalarse en tierras mexicanas.
Para conocer más detalles sobre el portafolio de servicios del Laboratorio de Pruebas para la Industria Eléctrica y Electrónica, con gusto le atenderemos en nuestros canales de comunicación.
Un cambio en nuestro enfoque acerca del nearshoring
Ing. Salvador Portillo
presidente de la Comisión de Nearshoring en CONCAMIN, Presidente de CANAME
En un contexto global donde la única constante ha sido el cambio, estamos ante un concepto de relocalización distinto al que habíamos visualizado hace unos meses. A principios de 2024 esperábamos que el efecto “nearshoring” trajera consigo una fuerte ola de nuevas inversiones extranjeras, con una notable concentración de capitales asiáticos.
A junio de 2024, México ha recibido 31,096 millones de dólares en IED, una cifra cercana a los 36,282 millones obtenidos en todo 2023. Sin embargo, el panorama cambia cuando se analiza la proporción de nuevas inversiones, ya que en 2024 estas suman apenas 909 millones de dólares, en contraste con los 5,023 millones del año anterior. Aunque para ambos ejercicios la mayoría de la IED proviene de reinversiones, parte de este capital puede estar ligado a la expansión de procesos productivos que, de no ser por la tendencia de la relocalización, podrían haberse trasladado a otros países.
Lejos de ser una señal negativa, las proyecciones de la Secretaría de Economía para 2024 anticipan una inversión extranjera directa superior a los 45 mil millones de dólares, lo que refleja un escenario optimista pero factible, y que representa una opción clara para impulsar el crecimiento y consolidar la confianza de los inversionistas en México como un destino competitivo y atractivo.
Los resultados son tangibles y latentes hoy en día. En 2023, México logró desbancar a China como el principal proveedor de bienes de Estados Unidos, poniendo fin a 16 años de liderazgo chino. Las exportaciones mexicanas a Estados Unidos crecieron 4.6% en 2023, alcanzando un valor récord de 475,607 millones de dólares, mientras que las importaciones estadounidenses originarias de China se redujeron significativamente, cayendo 20.3%
Este fenómeno ha consolidado a México como el mayor socio comercial de Estados Unidos, con 15.4% de participación en las importaciones totales de ese país, comparado con 13.9% de China.
Con este breve análisis, considero que es nuestro deber hacer una reflexión importante: los inversionistas y empresarios que ya tienen operaciones en nuestro país continúan confiando en su potencial; asimismo, tenemos un área de oportunidad aún por impulsar y es la de poder traer esos capitales y tecnologías asiáticas a México.
Así, nuestros esfuerzos de política industrial deben dirigirse en dos sentidos prioritarios:
Proteger el mercado mexicano y fomentar la integración de nuestros industriales en las cadenas globales de valor, sin hacer distinción del origen de su capital.
Buscar acercamientos con inversionistas extranjeros con la capacidad de migrar procesos productivos de alto valor, como la industria eléctrica, automotriz (incluida la electromovilidad), de dispositivos médicos, de semiconductores, entre otras.
Con estos dos objetivos en mente, podemos afrontar el reto, y hacer que las cifras históricas de IED se reflejen en resultados igualmente históricos de crecimiento económico.
Oportunidades de la relocalización para 2030
Algunas de las oportunidades que hemos analizado y que pueden materializarse si aprovechamos de manera correcta la tendencia de la relocalización son:
1.5% – 2.5% de incremento adicional anual del PIB.
15% – 30% de aumento en la productividad del país.
Registro de 60 a 70 mil millones de dólares de Inversión Extranjera Directa por nuevas empresas que se relocalizan en el país.
Generación de 300 mil empleos de forma anual.
400 mil millones de dólares en exportaciones adicionales de manera anual (en la actualidad exportamos alrededor de 600 mil millones de dólares al año).
5% de incremento anual en las exportaciones manufactureras.
10 Retos de la relocalización en México
Un sector eléctrico robusto: la clave para el crecimiento
El sector eléctrico es uno de los pilares esenciales de la economía, y el futuro de la industria mexicana radica en su confiabilidad y resiliencia. Su importancia se debe no sólo por su contribución directa a la economía, sino también por su papel clave para sostener la producción a nivel nacional y el desarrollo de nuevas opciones de inversión.
La energía eléctrica se ha convertido en el mayor de los retos por sortear y me permito reiterar que no es un desafío menor: se requieren al menos 3,750 millones de dólares de inversión para satisfacer la demanda eléctrica necesaria para crecer 1% del PIB nacional.
Para maximizar estas oportunidades, es necesario ampliar y mejorar la infraestructura eléctrica, en particular, la Red Nacional de Transmisión y las Redes Generales de Distribución, ya que existen regiones que aún no están preparadas para soportar la creciente demanda de energía, como la zona del bajío o el noroeste del país.
México necesita garantizar un suministro eléctrico que sea suficiente, asequible, competitivo, sostenible y de alta calidad para atender los requerimientos de la industria y el consumo general.
El papel del gobierno y la industria
El gobierno mexicano y el sector privado deben trabajar en conjunto para crear un ambiente propicio que permita aprovechar el potencial de la relocalización. En este sentido el plan sigue siendo el mismo: un plan nacional de relocalización elaborado en colaboración gobierno-industria-academia; asociaciones público-privadas para hacer atender las necesidades de infraestructura, e incentivos fiscales para las regiones con mayores retos para su crecimiento. Estas son algunas de las acciones necesarias para consolidar a México como un destino atractivo para la inversión.
En conclusión, la relocalización sigue siendo una estrategia clave para el desarrollo económico de México, pero su éxito dependerá de nuestra capacidad para adaptarnos y aprovechar las oportunidades que presenta. Si bien las cifras de nuevas inversiones no han alcanzado el nivel esperado, es evidente que la confianza de los inversionistas ya establecidos en México sigue siendo sólida. Esta confianza es un testimonio de las ventajas competitivas que ofrece nuestro país, especialmente en sectores clave como el automotriz.