Entrevista con Óscar Del Cueto, presidente de Canadian Pacific Kansas City de México.
¿Cómo favorece al ferrocarril de carga el nearshoring?
México tiene una ubicación geográfica muy próxima a los mercados objetivo de cientos de industrias, sobre todo, en regiones industriales como la zona del Bajío y el norte del país. Esto nos da la oportunidad de presentar al ferrocarril de carga como una opción segura y eficiente en el proceso logístico para transportar grandes volúmenes de mercancías a diversos mercados desde México hacia Norteamérica. El nearshoring es un motor de desarrollo clave a largo plazo para el sector ferroviario.
¿Beneficios del Ferrocarril de Norteamérica para el comercio internacional?
CPKC de México es el único ferrocarril de carga que ofrece un servicio directo, sin costuras, que conecta a los tres países que conforman el bloque comercial del T-MEC y a más de 12 puertos de la región. Por esta razón, nos convertimos también en un elemento estratégico para dar impulso al nearshoring.
Contamos con el México Midwest Express, un servicio intermodal que conecta San Luis Potosí con Chicago en tan sólo 98 horas, brindando a nuestros clientes la mejor opción en movimiento transfronterizo de sus mercancías.
Ofrecemos servicios de transporte más eficientes y seguros, mejorando la cadena de suministro y reduciendo tiempos de tránsito.
¿Cuáles son las ventajas del servicio que proporciona Canadian Pacific Kansas City de México?
De los 10 estados con mayor inversión extranjera directa, en seis cruza la red ferroviaria de CPKC de México. En varios de ellos, como San Luis Potosí y Nuevo León, se están instalando empresas bajo el fenómeno del nearshoring.
CPKC de México tiene ventajas importantes ya que somos el único ferrocarril de carga que ofrece una vía directa y sin interrupciones desde México hasta Canadá. Tiene conexión a más de 12 puertos en México, Estados Unidos y Canadá. Con nuestras tripulaciones internacionales damos mayor agilidad a los traslados en la frontera, en el Puente Ferroviario de Nuevo Laredo, así como un servicio intermodal de Lázaro Cárdenas a Chicago, con tiempos de recorrido muy competitivos.
¿Cuáles son los proyectos de CPKC de México para atender la demanda generada por el nearshoring?
Están en proceso de construcción dos obras que son fundamentales para agilizar y fortalecer el comercio transfronterizo con el bloque comercial de T-MEC y satisfacer la demanda de capacidad de nuestros clientes actuales y de los nuevos que estén por llegar.
Segundo puente ferroviario en Nuevo Laredo.
La inversión que estamos realizando en esta obra es para lograr una mayor capacidad para la movilización de carga ferroviaria y responder al crecimiento que está trayendo el nearshoring.
Con esta obra, casi vamos a duplicar el volumen de carga que se transporta hacia Estados Unidos y Canadá para los próximos 10 años.
A diario cruzan el puente entre 30 y 32 trenes con una tripulación internacional que proporciona un servicio más ágil. Al finalizar la obra, se espera un 60% de incremento en el número de trenes que pasan por esta ruta.
Nuevo Laredo se va a convertir en la única ciudad fronteriza que cuente con dos puentes ferroviarios internacionales.
Se estima que la obra finalice en 2025 y la inversión que se tiene contemplada es de 120 millones de dólares.
Libramiento de Celaya.
Diseñado para fortalecer la infraestructura y tener mayor agilidad en el traslado de mercancías que van desde la zona centro del país y del Puerto Lázaro Cárdenas hacia Estados Unidos y Canadá.
Habrá una mayor eficiencia logística en la carga intermodal.
Va a ser un detonador para la zona del Bajío, en donde se están ubicando nuevas empresas por el nearshoring.
La obra consiste en desviar 21 kilómetros de vía para que a través del libramiento tengamos un movimiento más ágil y seguro no sólo para el ferrocarril, sino para los habitantes de este municipio.
La inversión fue de cuatro mil millones de pesos y se prevé que quede concluida en 2024.
Estos dos proyectos nos permitirán incrementar la carga para nuestros actuales clientes, y ofrecer un servicio ágil y seguro para nuevos clientes de distintas industrias que están llegando a la zona del Bajío y al norte del país.
Un cambio en nuestro enfoque acerca del nearshoring
Ing. Salvador Portillo
presidente de la Comisión de Nearshoring en CONCAMIN, Presidente de CANAME
En un contexto global donde la única constante ha sido el cambio, estamos ante un concepto de relocalización distinto al que habíamos visualizado hace unos meses. A principios de 2024 esperábamos que el efecto “nearshoring” trajera consigo una fuerte ola de nuevas inversiones extranjeras, con una notable concentración de capitales asiáticos.
A junio de 2024, México ha recibido 31,096 millones de dólares en IED, una cifra cercana a los 36,282 millones obtenidos en todo 2023. Sin embargo, el panorama cambia cuando se analiza la proporción de nuevas inversiones, ya que en 2024 estas suman apenas 909 millones de dólares, en contraste con los 5,023 millones del año anterior. Aunque para ambos ejercicios la mayoría de la IED proviene de reinversiones, parte de este capital puede estar ligado a la expansión de procesos productivos que, de no ser por la tendencia de la relocalización, podrían haberse trasladado a otros países.
Lejos de ser una señal negativa, las proyecciones de la Secretaría de Economía para 2024 anticipan una inversión extranjera directa superior a los 45 mil millones de dólares, lo que refleja un escenario optimista pero factible, y que representa una opción clara para impulsar el crecimiento y consolidar la confianza de los inversionistas en México como un destino competitivo y atractivo.
Los resultados son tangibles y latentes hoy en día. En 2023, México logró desbancar a China como el principal proveedor de bienes de Estados Unidos, poniendo fin a 16 años de liderazgo chino. Las exportaciones mexicanas a Estados Unidos crecieron 4.6% en 2023, alcanzando un valor récord de 475,607 millones de dólares, mientras que las importaciones estadounidenses originarias de China se redujeron significativamente, cayendo 20.3%
Este fenómeno ha consolidado a México como el mayor socio comercial de Estados Unidos, con 15.4% de participación en las importaciones totales de ese país, comparado con 13.9% de China.
Con este breve análisis, considero que es nuestro deber hacer una reflexión importante: los inversionistas y empresarios que ya tienen operaciones en nuestro país continúan confiando en su potencial; asimismo, tenemos un área de oportunidad aún por impulsar y es la de poder traer esos capitales y tecnologías asiáticas a México.
Así, nuestros esfuerzos de política industrial deben dirigirse en dos sentidos prioritarios:
Proteger el mercado mexicano y fomentar la integración de nuestros industriales en las cadenas globales de valor, sin hacer distinción del origen de su capital.
Buscar acercamientos con inversionistas extranjeros con la capacidad de migrar procesos productivos de alto valor, como la industria eléctrica, automotriz (incluida la electromovilidad), de dispositivos médicos, de semiconductores, entre otras.
Con estos dos objetivos en mente, podemos afrontar el reto, y hacer que las cifras históricas de IED se reflejen en resultados igualmente históricos de crecimiento económico.
Oportunidades de la relocalización para 2030
Algunas de las oportunidades que hemos analizado y que pueden materializarse si aprovechamos de manera correcta la tendencia de la relocalización son:
1.5% – 2.5% de incremento adicional anual del PIB.
15% – 30% de aumento en la productividad del país.
Registro de 60 a 70 mil millones de dólares de Inversión Extranjera Directa por nuevas empresas que se relocalizan en el país.
Generación de 300 mil empleos de forma anual.
400 mil millones de dólares en exportaciones adicionales de manera anual (en la actualidad exportamos alrededor de 600 mil millones de dólares al año).
5% de incremento anual en las exportaciones manufactureras.
10 Retos de la relocalización en México
Un sector eléctrico robusto: la clave para el crecimiento
El sector eléctrico es uno de los pilares esenciales de la economía, y el futuro de la industria mexicana radica en su confiabilidad y resiliencia. Su importancia se debe no sólo por su contribución directa a la economía, sino también por su papel clave para sostener la producción a nivel nacional y el desarrollo de nuevas opciones de inversión.
La energía eléctrica se ha convertido en el mayor de los retos por sortear y me permito reiterar que no es un desafío menor: se requieren al menos 3,750 millones de dólares de inversión para satisfacer la demanda eléctrica necesaria para crecer 1% del PIB nacional.
Para maximizar estas oportunidades, es necesario ampliar y mejorar la infraestructura eléctrica, en particular, la Red Nacional de Transmisión y las Redes Generales de Distribución, ya que existen regiones que aún no están preparadas para soportar la creciente demanda de energía, como la zona del bajío o el noroeste del país.
México necesita garantizar un suministro eléctrico que sea suficiente, asequible, competitivo, sostenible y de alta calidad para atender los requerimientos de la industria y el consumo general.
El papel del gobierno y la industria
El gobierno mexicano y el sector privado deben trabajar en conjunto para crear un ambiente propicio que permita aprovechar el potencial de la relocalización. En este sentido el plan sigue siendo el mismo: un plan nacional de relocalización elaborado en colaboración gobierno-industria-academia; asociaciones público-privadas para hacer atender las necesidades de infraestructura, e incentivos fiscales para las regiones con mayores retos para su crecimiento. Estas son algunas de las acciones necesarias para consolidar a México como un destino atractivo para la inversión.
En conclusión, la relocalización sigue siendo una estrategia clave para el desarrollo económico de México, pero su éxito dependerá de nuestra capacidad para adaptarnos y aprovechar las oportunidades que presenta. Si bien las cifras de nuevas inversiones no han alcanzado el nivel esperado, es evidente que la confianza de los inversionistas ya establecidos en México sigue siendo sólida. Esta confianza es un testimonio de las ventajas competitivas que ofrece nuestro país, especialmente en sectores clave como el automotriz.