La Misión Empresarial Mexicana de Alto Nivel que viajó a Madrid para fortalecer los lazos comerciales con España, fue recibida por el Rey Felipe VI de Borbón, con quien coincidieron en la amistad inquebrantable que existe entre México y España.
José Abugaber Andonie, presidente de CONCAMIN, le obsequió una botella artesanal de tequila TEQUITIME, con la que compartió el orgullo por lo Hecho en México y reiterar el mensaje de que nuestro país es un buen lugar para invertir.
La visita empresarial a España tuvo como propósito analizar de primera mano la realidad económica y empresarial de México, así como explorar opciones de inversión para las empresas españolas.
En la Casa de México en España, la comitiva se reunió con Fátima Báñez, presidenta de la Fundación de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), que agremia a 4,500 asociaciones de base y más de 200 organizaciones territoriales y sectoriales. En este encuentro también participaron Valentín Díez Morodo, presidente del Consejo Mexicano de Comercio (COMCE) quien fungió como anfitrión; Juan Fernández Trigo, secretario de estado para Iberoamérica y el Caribe y el Español en el mundo, con quienes conversaron sobre los desafíos que tienen los dos países para impulsar las economías después de la pandemia de COVID-19.
Los integrantes de la misión empresarial asistieron al foro México y España, una apuesta empresarial de futuro en el que estuvieron Xiana Méndez, secretaria de Estado de Comercio de España; Antonio Garamendi, presidente de la CEOE y José Luis Bonet, presidente de la Cámara de Comercio de España.
En ese encuentro se habló sobre los retos que se tienen en las relaciones comerciales y de las oportunidades de inversión que hay en el futuro para seguir incrementando el intercambio de productos que hagan más fuerte a las sociedades mexicana y española.
En la agenda de trabajo se programó una sesión con Pablo Hernández de Cos, presidente del Banco de España para platicar sobre la situación económica y en cómo buscar más y mejores alternativas de inversión entre México y España.
Otra reunión fue con miembros del Club Español de la Energía, que tiene entre sus asociados a Cepsa España, Endesa, Iberdrola, Natury y Repsol. Con ellos, José Abugaber destacó que las empresas españolas deben tener plena confianza para invertir en nuestro país.
En el Congreso de los Diputados de España, con los integrantes de la Comisión de Asuntos Exteriores, José Abugaber afirmó que México y España son naciones amigas y el diálogo es esencial en la relación bilateral.
En el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo abordaron tres temas fundamentales: industria, comercio y turismo. Las inversiones entre los dos países, dijo Abugaber Andonie, deben fortalecerse para bienestar de los ciudadanos mexicanos y españoles. Al respecto, se refirió a las posibilidades de inversión que ofrece el Sur-Sureste de México y el detonante económico que será el Corredor Transístmico.
Por otra parte, con José Luis Martínez, alcalde del Ayuntamiento de Madrid, el presidente de la CONCAMIN sostuvo que el propósito de la delegación mexicana es estrechar lazos comerciales y dialogar sobre las oportunidades de negocio entre ambos países.
Finalmente, sostuvieron una plática con Andrés Allamand, secretario general Iberoamericano, sobre el Encuentro Empresarial Iberoamericano que se celebrará 23 y 24 de marzo en Santo Domingo, República Dominicana, el cual reunirá a más de mil empresarios de los 22 países de la región y a Jefes de Estado y de Gobierno.
La Misión Empresarial Mexicana de Alto Nivel estuvo conformada por Francisco Cervantes, presidente del Consejo Coordinador Empresarial; José Rodríguez Cárdenas, presidente de la Cámara de Comercio de la Ciudad de México; Francisco González Díaz, presidente de la Industria Nacional de Autopartes; José Loret de Mola Gomor, subsecretario de la Confederación Patronal de la República Mexicana; Guillermo Romero Rodríguez, secretario general de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo y, Sergio Contreras Pérez, vicepresidente ejecutivo del Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología.
Un cambio en nuestro enfoque acerca del nearshoring
Ing. Salvador Portillo
presidente de la Comisión de Nearshoring en CONCAMIN, Presidente de CANAME
En un contexto global donde la única constante ha sido el cambio, estamos ante un concepto de relocalización distinto al que habíamos visualizado hace unos meses. A principios de 2024 esperábamos que el efecto “nearshoring” trajera consigo una fuerte ola de nuevas inversiones extranjeras, con una notable concentración de capitales asiáticos.
A junio de 2024, México ha recibido 31,096 millones de dólares en IED, una cifra cercana a los 36,282 millones obtenidos en todo 2023. Sin embargo, el panorama cambia cuando se analiza la proporción de nuevas inversiones, ya que en 2024 estas suman apenas 909 millones de dólares, en contraste con los 5,023 millones del año anterior. Aunque para ambos ejercicios la mayoría de la IED proviene de reinversiones, parte de este capital puede estar ligado a la expansión de procesos productivos que, de no ser por la tendencia de la relocalización, podrían haberse trasladado a otros países.
Lejos de ser una señal negativa, las proyecciones de la Secretaría de Economía para 2024 anticipan una inversión extranjera directa superior a los 45 mil millones de dólares, lo que refleja un escenario optimista pero factible, y que representa una opción clara para impulsar el crecimiento y consolidar la confianza de los inversionistas en México como un destino competitivo y atractivo.
Los resultados son tangibles y latentes hoy en día. En 2023, México logró desbancar a China como el principal proveedor de bienes de Estados Unidos, poniendo fin a 16 años de liderazgo chino. Las exportaciones mexicanas a Estados Unidos crecieron 4.6% en 2023, alcanzando un valor récord de 475,607 millones de dólares, mientras que las importaciones estadounidenses originarias de China se redujeron significativamente, cayendo 20.3%
Este fenómeno ha consolidado a México como el mayor socio comercial de Estados Unidos, con 15.4% de participación en las importaciones totales de ese país, comparado con 13.9% de China.
Con este breve análisis, considero que es nuestro deber hacer una reflexión importante: los inversionistas y empresarios que ya tienen operaciones en nuestro país continúan confiando en su potencial; asimismo, tenemos un área de oportunidad aún por impulsar y es la de poder traer esos capitales y tecnologías asiáticas a México.
Así, nuestros esfuerzos de política industrial deben dirigirse en dos sentidos prioritarios:
Proteger el mercado mexicano y fomentar la integración de nuestros industriales en las cadenas globales de valor, sin hacer distinción del origen de su capital.
Buscar acercamientos con inversionistas extranjeros con la capacidad de migrar procesos productivos de alto valor, como la industria eléctrica, automotriz (incluida la electromovilidad), de dispositivos médicos, de semiconductores, entre otras.
Con estos dos objetivos en mente, podemos afrontar el reto, y hacer que las cifras históricas de IED se reflejen en resultados igualmente históricos de crecimiento económico.
Oportunidades de la relocalización para 2030
Algunas de las oportunidades que hemos analizado y que pueden materializarse si aprovechamos de manera correcta la tendencia de la relocalización son:
1.5% – 2.5% de incremento adicional anual del PIB.
15% – 30% de aumento en la productividad del país.
Registro de 60 a 70 mil millones de dólares de Inversión Extranjera Directa por nuevas empresas que se relocalizan en el país.
Generación de 300 mil empleos de forma anual.
400 mil millones de dólares en exportaciones adicionales de manera anual (en la actualidad exportamos alrededor de 600 mil millones de dólares al año).
5% de incremento anual en las exportaciones manufactureras.
10 Retos de la relocalización en México
Un sector eléctrico robusto: la clave para el crecimiento
El sector eléctrico es uno de los pilares esenciales de la economía, y el futuro de la industria mexicana radica en su confiabilidad y resiliencia. Su importancia se debe no sólo por su contribución directa a la economía, sino también por su papel clave para sostener la producción a nivel nacional y el desarrollo de nuevas opciones de inversión.
La energía eléctrica se ha convertido en el mayor de los retos por sortear y me permito reiterar que no es un desafío menor: se requieren al menos 3,750 millones de dólares de inversión para satisfacer la demanda eléctrica necesaria para crecer 1% del PIB nacional.
Para maximizar estas oportunidades, es necesario ampliar y mejorar la infraestructura eléctrica, en particular, la Red Nacional de Transmisión y las Redes Generales de Distribución, ya que existen regiones que aún no están preparadas para soportar la creciente demanda de energía, como la zona del bajío o el noroeste del país.
México necesita garantizar un suministro eléctrico que sea suficiente, asequible, competitivo, sostenible y de alta calidad para atender los requerimientos de la industria y el consumo general.
El papel del gobierno y la industria
El gobierno mexicano y el sector privado deben trabajar en conjunto para crear un ambiente propicio que permita aprovechar el potencial de la relocalización. En este sentido el plan sigue siendo el mismo: un plan nacional de relocalización elaborado en colaboración gobierno-industria-academia; asociaciones público-privadas para hacer atender las necesidades de infraestructura, e incentivos fiscales para las regiones con mayores retos para su crecimiento. Estas son algunas de las acciones necesarias para consolidar a México como un destino atractivo para la inversión.
En conclusión, la relocalización sigue siendo una estrategia clave para el desarrollo económico de México, pero su éxito dependerá de nuestra capacidad para adaptarnos y aprovechar las oportunidades que presenta. Si bien las cifras de nuevas inversiones no han alcanzado el nivel esperado, es evidente que la confianza de los inversionistas ya establecidos en México sigue siendo sólida. Esta confianza es un testimonio de las ventajas competitivas que ofrece nuestro país, especialmente en sectores clave como el automotriz.