Para la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones, A.C. (ANPACT), 2023 es, sin duda alguna, un año con retos y oportunidades de crecimiento que tendrán un beneficio importante tanto para la reactivación económica del país y del sector.
Además, ANPACT celebrará este año la edición conmemorativa del 20 aniversario de la Expo Transporte, la feria más grande de vehículos pesados de carga y pasaje de todo el continente en la que los visitantes podrán conocer lo más relevante del sector. La cita será del 15 al 17 noviembre en Expo Guadalajara.
Al respecto, Miguel Elizalde, presidente ejecutivo de ANPACT, comentó que “Durante estas 20 ediciones hemos visto la consolidación de nuestra industria gracias al T-MEC, para llegar a producir 200 mil unidades y exportar más 160 mil. En 2022 se rompió la marca de producción de vehículos de carga y se obtuvo el récord de exportación de tractocamiones. El gran reto, sin embargo, es y seguirá siendo el mercado interno, ya que en 2022 nos quedamos cortos de alcanzar los niveles prepandemia a pesar de que la demanda potencial del mercado es de 67 mil vehículos.”
Al referirse a las expectativas del sector, Miguel Elizalde, señaló que “este año si bien es complejo por factores internos y externos, enero ha dado señales positivas, lo cual es alentador. Por ello, debemos aprovechar el impulso tanto del mercado local como del mercado de exportación para lograr una recuperación completa de la industria y de la economía.”
Los resultados obtenidos en enero indican que las ventas al mayoreo de vehículos pesados sumaron 3,402 unidades que comparadas con las 2,545 comercializadas durante el mismo mes de 2022 representan un alza de 33.7%. En el rubro de carga se registró un incremento de 34.3%, mientras que las unidades destinadas al pasaje aumentaron 28.9%.
En el mismo periodo se exportaron 15,221 unidades, 14.4% más que la cifra correspondiente a enero de 2022 (13,308 unidades).
En cuanto a la producción de vehículos pesados, la cifra de enero es de 18,568 unidades, lo que se traduce en un crecimiento de 26% respecto al mismo periodo del año anterior, en el que se produjeron 14,742 unidades.
Elizalde consideró que “es indispensable trabajar, posicionarnos de manera inteligente y certera como industria y como país para promover y aprovechar las iniciativas de relocalización de las cadenas de suministro de la manufactura global. Si bien hay oportunidades en la economía mundial, hay que construir las condiciones para que se concreten en nuestro país, en términos de certeza jurídica, reglas claras, infraestructura e inversión pública y privada. En el caso de nuestra industria esto supone contar con las bases correctas para la transición a vehículos cero emisiones, donde la electromovilidad es una de las tecnologías que existen en el mercado.”
El reto, avanzar a tecnologías cero emisiones
Sobre este tema, Miguel Elizalde señaló que “se requiere de un periodo de transición de vehículos con tecnologías más limpias como las que utilizan diésel de ultra bajo azufre (DUBA), el gas natural, los híbridos, los eléctricos e incluso lo que funcionan con hidrógeno. La convivencia de estas tecnologías será fundamental para crear las condiciones necesarias para implementar esta transición. Es irreal pensar en un reemplazo inmediato y milagroso, dada la dimensión de la flota de vehículos pesados.”
En este sentido, agregó, “hemos tenido excelente diálogo entre Ken Salazar, embajador de Estados Unidos en México y la ANPACT, con el objetivo de impulsar las energías limpias y la industria automotriz en la región del T-MEC, ya que coincidimos en que esta zona cuenta con una oportunidad inmejorable para desarrollar un ecosistema de proveedores cercano a la producción y al mercado final.”
“El reto que tenemos en México es complejo. Hay que apoyar a los consumidores, para que utilicen vehículos cada vez más limpios y seguros, pero continuar siendo referencia de producción y exportación de vehículos pesados, ahora con cero emisiones. Para ello, se requiere de mecanismos financieros, disponibilidad de energía y el desarrollo de infraestructura de carga a lo largo y ancho de la república mexicana.”
“Todo lo anterior en el marco de una gran oportunidad para desarrollar las cadenas de suministro en Norteamérica, donde ya se producen en la región y en México las mejores tecnologías, pero ahora hay que hacerlo orientado a cero emisiones, por el bien de las familias, del desarrollo económico y la preservación del medio ambiente. La transición a vehículos cero emisiones requiere inversión, innovación decisión y coordinación”, finalizó.
ANPACT representa a los líderes productores de vehículos comerciales y motores desde 1992. Está conformada por 16 integrantes: Dina, Foton, Freightliner, Hino, International, Isuzu, Kenworth, Mack, MAN, Mercedes-Benz, Scania, Sprinter, Volkswagen, Volvo, Cummins y Detroit; 11 plantas de manufactura de vehículos y 2 plantas de manufactura de motores en 10 entidades de la República. La industria automotriz en México de vehículos pesados es el exportador número uno de tractocamiones a nivel mundial, cuarto exportador y quinto productor de vehículos de carga, y octavo productor de autobuses. Esta industria genera más de 28,600 empleos directos, 84,000 empleos indirectos y representa el 1.3% del PIB Manufacturero.
Expo Transporte ANPACT 2023
Además de ser la expo más grande de vehículos pesados en América, será también el foro para la discusión y análisis de los temas relacionados con la movilidad, la seguridad vial, la igualdad de género en el sector y la protección al medio ambiente, por lo que incluirá una agenda de eventos paralelos que congregará a líderes del sector, directivos de empresas, autoridades, legisladores, representantes de la sociedad civil y expertos, que durante tres días dialogarán y construirán acuerdos en torno a los temas más relevantes para el sector.
Un cambio en nuestro enfoque acerca del nearshoring
Ing. Salvador Portillo
presidente de la Comisión de Nearshoring en CONCAMIN, Presidente de CANAME
En un contexto global donde la única constante ha sido el cambio, estamos ante un concepto de relocalización distinto al que habíamos visualizado hace unos meses. A principios de 2024 esperábamos que el efecto “nearshoring” trajera consigo una fuerte ola de nuevas inversiones extranjeras, con una notable concentración de capitales asiáticos.
A junio de 2024, México ha recibido 31,096 millones de dólares en IED, una cifra cercana a los 36,282 millones obtenidos en todo 2023. Sin embargo, el panorama cambia cuando se analiza la proporción de nuevas inversiones, ya que en 2024 estas suman apenas 909 millones de dólares, en contraste con los 5,023 millones del año anterior. Aunque para ambos ejercicios la mayoría de la IED proviene de reinversiones, parte de este capital puede estar ligado a la expansión de procesos productivos que, de no ser por la tendencia de la relocalización, podrían haberse trasladado a otros países.
Lejos de ser una señal negativa, las proyecciones de la Secretaría de Economía para 2024 anticipan una inversión extranjera directa superior a los 45 mil millones de dólares, lo que refleja un escenario optimista pero factible, y que representa una opción clara para impulsar el crecimiento y consolidar la confianza de los inversionistas en México como un destino competitivo y atractivo.
Los resultados son tangibles y latentes hoy en día. En 2023, México logró desbancar a China como el principal proveedor de bienes de Estados Unidos, poniendo fin a 16 años de liderazgo chino. Las exportaciones mexicanas a Estados Unidos crecieron 4.6% en 2023, alcanzando un valor récord de 475,607 millones de dólares, mientras que las importaciones estadounidenses originarias de China se redujeron significativamente, cayendo 20.3%
Este fenómeno ha consolidado a México como el mayor socio comercial de Estados Unidos, con 15.4% de participación en las importaciones totales de ese país, comparado con 13.9% de China.
Con este breve análisis, considero que es nuestro deber hacer una reflexión importante: los inversionistas y empresarios que ya tienen operaciones en nuestro país continúan confiando en su potencial; asimismo, tenemos un área de oportunidad aún por impulsar y es la de poder traer esos capitales y tecnologías asiáticas a México.
Así, nuestros esfuerzos de política industrial deben dirigirse en dos sentidos prioritarios:
Proteger el mercado mexicano y fomentar la integración de nuestros industriales en las cadenas globales de valor, sin hacer distinción del origen de su capital.
Buscar acercamientos con inversionistas extranjeros con la capacidad de migrar procesos productivos de alto valor, como la industria eléctrica, automotriz (incluida la electromovilidad), de dispositivos médicos, de semiconductores, entre otras.
Con estos dos objetivos en mente, podemos afrontar el reto, y hacer que las cifras históricas de IED se reflejen en resultados igualmente históricos de crecimiento económico.
Oportunidades de la relocalización para 2030
Algunas de las oportunidades que hemos analizado y que pueden materializarse si aprovechamos de manera correcta la tendencia de la relocalización son:
1.5% – 2.5% de incremento adicional anual del PIB.
15% – 30% de aumento en la productividad del país.
Registro de 60 a 70 mil millones de dólares de Inversión Extranjera Directa por nuevas empresas que se relocalizan en el país.
Generación de 300 mil empleos de forma anual.
400 mil millones de dólares en exportaciones adicionales de manera anual (en la actualidad exportamos alrededor de 600 mil millones de dólares al año).
5% de incremento anual en las exportaciones manufactureras.
10 Retos de la relocalización en México
Un sector eléctrico robusto: la clave para el crecimiento
El sector eléctrico es uno de los pilares esenciales de la economía, y el futuro de la industria mexicana radica en su confiabilidad y resiliencia. Su importancia se debe no sólo por su contribución directa a la economía, sino también por su papel clave para sostener la producción a nivel nacional y el desarrollo de nuevas opciones de inversión.
La energía eléctrica se ha convertido en el mayor de los retos por sortear y me permito reiterar que no es un desafío menor: se requieren al menos 3,750 millones de dólares de inversión para satisfacer la demanda eléctrica necesaria para crecer 1% del PIB nacional.
Para maximizar estas oportunidades, es necesario ampliar y mejorar la infraestructura eléctrica, en particular, la Red Nacional de Transmisión y las Redes Generales de Distribución, ya que existen regiones que aún no están preparadas para soportar la creciente demanda de energía, como la zona del bajío o el noroeste del país.
México necesita garantizar un suministro eléctrico que sea suficiente, asequible, competitivo, sostenible y de alta calidad para atender los requerimientos de la industria y el consumo general.
El papel del gobierno y la industria
El gobierno mexicano y el sector privado deben trabajar en conjunto para crear un ambiente propicio que permita aprovechar el potencial de la relocalización. En este sentido el plan sigue siendo el mismo: un plan nacional de relocalización elaborado en colaboración gobierno-industria-academia; asociaciones público-privadas para hacer atender las necesidades de infraestructura, e incentivos fiscales para las regiones con mayores retos para su crecimiento. Estas son algunas de las acciones necesarias para consolidar a México como un destino atractivo para la inversión.
En conclusión, la relocalización sigue siendo una estrategia clave para el desarrollo económico de México, pero su éxito dependerá de nuestra capacidad para adaptarnos y aprovechar las oportunidades que presenta. Si bien las cifras de nuevas inversiones no han alcanzado el nivel esperado, es evidente que la confianza de los inversionistas ya establecidos en México sigue siendo sólida. Esta confianza es un testimonio de las ventajas competitivas que ofrece nuestro país, especialmente en sectores clave como el automotriz.